Déjame dormir un instante eterno
y prolongar mi alma
para llegar a aquel lugar
donde la esencia de lo no vivido
se convierte en vida.
Déjame que odie, que rompa, desgarre mis vestiduras,
y de rodillas mire en la noche hacia lo alto
para quejarme de por qué no haces nada
para evitar tanto dolor en esta tierra,
en este mundo en el cual todos somos perdedores.
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